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En algún lugar de las sinuosas carreteras entre Auckland y Wellington, dos arquitectos tropezaron con una cresta sobre Taihape que se transformaría silenciosamente en un faro de diseño reflexivo. Lo que empezó como un descubrimiento al borde de la carretera evolucionó hasta convertirse en la Cabina AB, un refugio modesto pero llamativo, diseñado con las últimas técnicas de construcción prefabricada y basado en una profunda reverencia por el lugar.
La Cabina AB fue galardonada con el Premio de Arquitectura Occidental 2019 en la categoría de Arquitectura de Pequeños Proyectos por el Instituto de Arquitectos de Nueva Zelanda.
Repensar la construcción desde la base
Cuando los arquitectos Ainsley O’Connell y Barry Copeland imaginaron por primera vez esta remota escapada, no sólo estaban diseñando una casa de vacaciones: estaban creando el prototipo de una forma más inteligente de construir. Situado a cinco horas de su oficina principal en Auckland, el lugar exigía una estrategia de construcción que minimizara el tiempo de obra in situ y ofreciera un mayor control.
¿Su solución? Adoptar la prefabricación. Al trasladar gran parte de la mano de obra y el trabajo de precisión fuera de las instalaciones, pudieron agilizar el proceso de construcción sin sacrificar la integridad del diseño.
En lugar de basarse en métodos de construcción tradicionales, esta Cabina aprovecha la precisión de las técnicas de construcción industrializadas para responder tanto a las limitaciones logísticas como al compromiso con la sostenibilidad. Pero lo que realmente la distingue es cómo estos métodos de alta tecnología apoyan una experiencia profundamente personal y artesanal del hogar.

La belleza de la madera contralaminada
Una de las claves del éxito de la Cabina AB es el uso de madera contralaminada (CLT). Estos paneles de madera son resistentes, renovables y térmicamente eficientes. Pero más allá de su rendimiento, ofrecen una calidez estética natural que eleva la experiencia vital.
En el interior de la Cabina, el CLT se deja a la vista. El resultado es un interior táctil, rico en vetas, aromas y sutiles juegos de luz. Aporta una sensación de calma y arraigo, recordando a los ocupantes que están rodeados de un material que antaño fue un bosque.
Estos paneles se fabricaron con precisión, se numeraron y se entregaron en un solo envío. En dos días, la estructura estaba montada; en poco más de una semana, era resistente a la intemperie y estaba lista para el acabado.

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RECIBIR PRESUPUESTOSDel prototipo a la posibilidad
La Cabina AB no fue sólo un proyecto de diseño: se convirtió en un banco de pruebas para futuras soluciones de vivienda. Mientras Nueva Zelanda sigue lidiando con una creciente escasez de viviendas, Copeland ve en este proyecto un ejemplo de cómo la construcción fuera de la obra y los materiales de origen local pueden ofrecer alternativas escalables y asequibles.
Pero la belleza reside en que la casa no parece fabricada en serie. Al contrario, irradia carácter. Por ejemplo, todos los recortes de los paneles de CLT se reutilizaron. Desde armarios a bancos e incluso una torreta de observación en el desván, no se desperdició nada. Este nivel de intención transforma lo que podría ser puramente funcional en algo poético.

Vida compacta, experiencia expansiva
Con sólo 2,5 metros cuadrados para trabajar, la distribución tenía que ser inteligente, fluida y adaptable. Y lo consiguió.
El espacio principal sirve para múltiples propósitos: es un Estudio para el trabajo creativo, una zona de estar para relajarse y un espacio para reunirse. Encima, una plataforma para dormir en el entresuelo ofrece intimidad a la vez que mantiene la conexión con el resto de la Cabina. Junto a la habitación principal hay una columna de servicio que incluye un cuarto de baño y almacenamiento, rematada por un altillo flexible con un acogedor mirador.
El inteligente diseño espacial y las generosas aberturas de las ventanas hacen que el espacio parezca mucho mayor de lo que sugiere su tamaño. Ya sea para recibir a la familia o para retirarse a solas, la Cabina se adapta al momento.

Diseñado para la tierra y el clima
La Cabina AB se asienta con ligereza en su emplazamiento. Apoyada en postes de madera, evita excavaciones pesadas y minimiza el impacto en el terreno. Los grandes ventanales abren el interior a unas vistas impresionantes de la cordillera de Ruahine y de los cielos siempre cambiantes de Taihape.
La envolvente del edificio, por su parte, se ajusta al rendimiento. La masa térmica natural del CLT, unida a un aislamiento de alta calidad y un acristalamiento ventilado, garantizan el confort durante todo el año. La casa se calienta con leña local, lo que refuerza su espíritu de bajo impacto.
Incluso el revestimiento cuenta una historia. Envuelta en metal corrugado, la Cabina evoca los graneros y cobertizos rurales que salpican el paisaje: un sutil guiño a la arquitectura vernácula local, actualizado con un toque contemporáneo.

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EMPIEZA TU SOLICITUD AHORAUna conexión que va más allá de lo físico
Lo que más resuena en la Cabina AB es su huella emocional. No se trata sólo de sistemas de construcción o rendimiento energético. Se trata de cómo la arquitectura puede apoyar un estilo de vida basado en la presencia, la lentitud y la conexión.
Los propietarios de la Cabina, que la diseñaron para su propio uso, hablan con cariño de los ritmos del lugar. De los vecinos que traen fruta de sus huertos. De los trenes lejanos que pasan por la noche. De la luz que se desplaza por el valle cada hora.
No es un cascarón prefabricado estéril. Es un espacio lleno de memoria, atmósfera e invitación.

Lo que podemos aprender de la Cabina AB
La Cabina AB es un poderoso recordatorio de que la construcción industrializada no significa impersonal. Cuando se aplican con cuidado y visión, estas técnicas pueden crear viviendas eficientes, asequibles y profundamente humanas.
- La prefabricación reduce el tiempo de construcción, los residuos y el impacto medioambiental.
- Materiales como el CLT combinan altas prestaciones con riqueza estética.
- Una planificación espacial inteligente puede hacer que los espacios pequeños parezcan generosos y flexibles.
- La arquitectura puede contar historias: sobre el lugar, el material y la intención.
En un mundo que se enfrenta tanto a la crisis medioambiental como a la de la vivienda, proyectos como éste ofrecen una hoja de ruta para avanzar.
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Fotos Paul McCredies
